Para poder saber si sabemos gestionar adecuadamente el trabajo bajo presión, tenemos que entender de qué trata y cuáles son los principales factores que intervienen para su aplicación.
En mi experiencia como psicólogo organizacional, el trabajo bajo presión son todas las actividades o funciones que se realizan en condiciones adversas o difíciles, de tiempo o de cantidad en un ámbito laboral.
Por otro lado, tenemos que entender que los actores principales que se desempeñaran bajo estas condiciones, son los trabajadores, en caso la empresa lo requiera dependiendo del rubro a actividad de la misma, es por esto que para asegurar un desarrollo adecuado en base a estas condiciones surge la premisa de competencia o capacidad de trabajar bajo presión.
Según el diccionario de competencias de Martha Alles utiliza el termino de tolerancia a la presión de trabajo siendo esta la capacidad para trabajar con determinación, firmeza y perseverancia a fin de alcanzar objetivos difíciles o para concretar acciones/ decisiones que requieren un compromiso y esfuerzo mayores a los habituales. Implica mantener un alto nivel de desempeño aun en situaciones exigentes y cambiantes, con interlocutores diversos que se suceden en cortos espacios de tiempo, a lo largo de jornadas prolongadas.
Por lo tanto, el trabajar bajo presión implicar tener distintas capacidades que ayuden a volver sostenible el desempeño laboral pese a las condiciones no muy favorables como situaciones cambiantes y con personas distintas, además de los tiempos cortos en las que se tienen que ejecutar las funciones u objetivos del puesto. Ahora la pregunta seria ¿Y de qué depende el desarrollo de estas capacidades?
Pues bien, en el 2013 se realizó una investigación sobre la presión como factor de estrés en el entorno laboral publicitario, por Rodríguez Martínez G. en dicha investigación se menciona que “…la productividad de las personas puede verse afectada dependiendo de la valoración que ellas hagan sobre si una determinada tarea es apremiante o no. Esta valoración está mediada tanto por la autoconfianza del individuo como por el reconocimiento serio y consciente de sus habilidades…”.
Por lo tanto, el factor primordial para poder desarrollar nuestras capacidades y/o habilidades es la valoración de nuestro trabajo, que está sujeta a la autoconfianza, ¿Qué tan bien considero que realizo una actividad? y el reconocimiento consciente sobre lo que sé, es decir ¿En que soy bueno?
Lo mismo pasa con el trabajo bajo presión. En primer lugar, tengo que saber que tan bueno soy haciendo lo que hago y que tan eficiente soy en esa actividad. En segundo lugar, tengo que adquirir estrategias de afrontamiento al estrés ya que sin duda y tal y como menciona Rodríguez Martínez G. (2013) “…la presión genera estrés…”. Es por esto que se tiene que tener en cuenta tanto el factor interno (autoconocimiento) y el factor externo (técnicas de manejo de estrés).
Recordemos que una mala gestión de cualquiera de estos dos factores desencadenará una experiencia negativa de tu trabajo, frustración, estrés crónico, insatisfacción y desmotivación que terminaran afectando tu salud mental.
Ps. KENYO MAQUE AYMA
Equipo de CDH Sede Arequipa
26 de mayo del 2022